jueves, 11 de diciembre de 2008

Un viaje para recordar.

Un lunes de invierno, no uno como todos sino uno especial, me levanté con todas las fuerzas para realizar el grán viaje. Desayuné rápido y me vestí para llegar el primero al comienzo del viaje. Eran las tres de la mañana, una mañana oscura, con niebla y bastante frío. A los cinco minutos de mi llegada llegó otro compañero, Juan Luís y a partir de ahí llegaron los demás sucesivamente. Montamos en al autobús, todo el viaje hacia el aeropuerto estuvimos hablando, supuse que serían los nervios de todos. Al llegar al aeropuerto estuvimos esperando al embarque durante 4 horas, nos dedicamos a hacer fotos, jugar a las cartas,etc...El momento en que montamos en el avión todos nos sentados rápidamente debido al cansancio. Después de ese momento no recuerdo lo ocurrido debido a que me dormi hasta llegar. En la llegada todo nos pareció extraño, nada más llegar nos subieron a un autobús para llevarnos al colegio donde veríamos a nuestras familias. Al reunirme con ella sentí muchísima verguenza, pero al pasar los días, el niño y yo estuvimos más tiempo juntos, hacíamos cosas juntos, hablabamos mucho más, cogí mucha confianza. A partir de ahí todo fué un conjunto de sentimientos, sentí lo que nunca había sentido en cuatro días, eran tantos sentimientos. Lo peor fué en la despedida, habían sido tan geniales esos días que ya quedaban en el pasado. Pero aún así me sigo escribiendo con ellos y le sigo recordando, teniendo el deseo de que aquellos cuatro días tan geniales de vuelvan a repetir.

sábado, 6 de diciembre de 2008

Carta a un amigo.

Querido amigo:



Empecé a verte alrededor de mi barrio y en la televisión. Solía encontrarte en los playground.



Cuánto más te conocía, más me gustabas. Me gustaste más de lo esperado . Entrené. Trabajé en mi juego sin descanso. Pase, regate, tiro, visión. Corrí. Fortalecí mi físico. Levanté pesas. Te estudié. Empecé a enamorarme de ti y tú te diste cuenta.



En ese momento no sabía exactamente qué es lo que ocurría. Pero ahora lo sé. Estaba aprendiendo a amarte, a escucharte, a entenderte, a respetarte y a apreciarte. Desde entonces, has sido mucho más que un balón para mí. Mucho más que una pista. Mucho más que un aro. Mucho más que un par de zapatillas. Mucho más que un partido.



En cierta forma, has sido mi vida. Mi pasión. Mi motivación. Mi inspiración. Tú eres mi mejor seguidor y mi más duro crítico, tú eres mi amigo más querido y mi más fuerte aliado, tú eres mi profesor más retador y mi mejor estudiante , tú eres mi más fiel compañero y mi más fiero competidor.



Han cambiado muchas cosas desde que nos conocimos por primera vez pero, en cierta forma, tengo que agradecerte mucho. Así que si no lo has oído antes, deja que lo haga ahora para que todo el mundo pueda escucharlo. Gracias. Gracias, Baloncesto, gracias por todo.



Te amo baloncesto.


La pequeña historia de Lorenzo y Catalina

PARTE 1
Quedaba el tiempo justo para que se levantaba el manto de la noche, precipitádamente su luz hacía huir a las sombras que se ocultaban. Al nacer sintió una enorme fuerza, que le decía que tenía que encontrarla. Inició su camino radiante de esperanza extendiendo los rayos para acariciar lo que sus ojos exploraban. Buscando entre las rocas despertando a los bosques. Pasando las horas él la esperaba moviéndose por todo el cielo, sin cansancio con la esperanza de que apareciese..La buscó nervioso por todos los sítios, lugares y partes curiosas donde ella podria estar. Debilitándose cada vez más, angustiado del poco tiempo que le quedaba de vida no la veía aparecer. Estaba cansado de buscar y no haber obtenido resultado. Ya casi no se podía mover. En el último suspiro la vió asomarse a lo lejos, y solamente la pudo dedicar una sonrisa antes de su último suspiro. Más tarde la brisa de la noche, cayó en un lamento.
PARTE 2
Al nacer sintió una enorme fuerza que le decía que tenía que encontrarla. Inició su camino radiante de esperanza, extendiendo los rayos para acariciar lo que sus ojos exploraban.Pasando las horas él la esperaba moviéndose por todo el cielo. Debilitándose cada vez más angustiado del poco tiempo que le quedaba de vida no la veía aparecer. Ya casi no se podía mover. Fué el último suspiro la vió asomarse a lo lejos, y solamente la pudo dedicar una sonrisa antes de su último suspiro.
MICRORELATO
Al nacer sintió una enorme fuerza que le decía que tenía que encontrarla. Pasando la horas el la esperaba moviéndose por todo el cielo sin cansancio con la esperanza de que apareciese. Debilitándose cada vez más, él angustiado del poco tiempo que le quedaba de vida no la veía aparecer. En el último suspiro la vió asomandose a lo lejos y solo la pudo dedicar, una sonrisa antes de su último suspiro.