miércoles, 11 de febrero de 2009

Un día de lluvia.


Esto sucede a la salida de un colegio cuando tres amigos se encuentran.
María- ¡Hola chicos!

Julio y Lucía- ¡Hola María!

María- ¿Qué tal estáis?

Julio y Lucía- Bien, ¿y tu?

María- Bien todo bien.

Julio y María- ¿No tienes frío? Es que nosotros tenemos un frío que pela.

María- Yo también, además están cayendo chuzos de punta.

Julio- ¿Vamos a comer?

María- Con este tiempo no...

Julio- Pues yo tengo hambre.


Julio sale de la cornisa poco a poco hasta que las gotas de la lluvia le salpican.


Lucía- ¡Eres más tonto que Abundio!, vas a coger un resfriado.

Julio- Voy rápido al bar, os espero allí.

María- Jolin, corre como una gacela.

Lucía- ¡Vamos nosotras también corriendo!

María- Yo estoy cansada.

Lucía- ¡Venga!


Corren todo lo rápido que pueden para intentar alcanzar a Julio, Lucía corre más deprisa.


Lucía- Eres más lenta que el caballo del malo.

María- Voy lo más rápido que puedo.


Llegan al bar, empapadas por la lluvia, Julio se está tomando una coca-cola.


Julio- ¡Por fin llegáis!

Lucía- Eres más chulo que la chaqueta de un guardia, nos podrías haber esperado.

Julio- Anda vamos a comer.


Les sientan en su mesa, se ponen las servilletas en el cuello y les traen la comida.


Lucía- ¡Que buenos están los espaguetis!

María- ¡Pues anda que la sopa!

Lucía- Julio comes como un cerdo.

Julio- Es que tengo mucha hambre.

María- Tranquilo, eso parece.

Julio- Pues yo, con mis croquetas, estoy más feliz que un regaliz.


Han terminado de comer, y piden la cuenta.


Camarero- Son sesenta y tres con cincuenta.

María- Tocamos a veintiún euros cada uno, yo pongo los cincuenta céntimos.

Julio- Yo no tengo suficiente dinero...

Lucía- Julio tienes más cara que espalda, siempre te estamos pagando todo.

Julio- Lo siento.


Salen del bar, ya han pagado y Julio se tiene que ir.


Julio- Me tengo que ir, ya nos vemos otro día, ¡Adiós!

María y Lucía- ¡Adiós Julio!

María- Me lo he pasado genial hoy.

Lucía- ¡Yo también!, además Julio es muy buen amigo, aunque tengamos que pagar por él, vale su peso en oro.

María- Ya, pero creo que la próxima vez traerá más dinero.

Lucía- Eso espero, bueno me voy que tengo que estudiar, ¡mañana nos vemos!

María- ¡Hasta mañana!



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Frases retóricas



- Hace un frío que pela.

- Comer como un cerdo.

- Ser más tonto que Abundio.

- Caer chuzos de punta.

- Estar más feliz que un regaliz.

- Ser más lento que el caballo del malo.

- Valer su peso en oro.

- Correr como una gacela.

- Ser más chulo que la chaqueta de un guardia.

3 comentarios:

AnaRC dijo...

Bueno, pues has descubierto que en el lenguaje cotidiano también utilizamos las figuras retóricas. ¿Qué crees tú entonces que diferencia al lenguaje "usual" del poético?
Corrige las faltas de ortografía y suprime la palabra "narrador", no hace falta se entiende perfectamente.
Saludos desde el faro

AnaRC dijo...

Me encanta que seas tan aplicado, y hayas quitado lo que te dije. Ve a la entrada de la carta, te dejaré un comentario en ella porque creo que te has atrancado con lo del telegrama

AnaRC dijo...

¿Y la carta? ¿Cómo es que no está?
Ya me responderás